Artjam Fantasia - Cuentos de La Luna Solitaria

Por innombrables peligros, incontables andanzas y peligrosas pero fascinantes aventuras, nuestros héroes se habían abierto camino al fin a través de La Montaña Roja, morada de leyendas y promesas de riqueza incalculable. Pues decían las leyendas que en el corazón de este monte se ocultaba el mayor tesoro que jamás hubiesen contemplado ojos mortales. Pero tan grandes eran los relatos sobre la grandiosidad del tesoro como del terror que inspiraba su guardián, el gran dragón escupefuego. Se decía de él que vomitaba tal llamarada de una sentada que podía arrasar con una aldea entera, y que había saqueado los tesoros de más reyes de hombres y enanos que vidas se pueden contar en una sola crónica.

Por supuesto, tales historias no habían intimidado a nuestros héroes, que ahora contemplaban las maravillas de la cámara de la montaña. ¡Allí había tantas riquezas que podrían comprar un reino entero, o dos, con todas ellas, y aún les sobraría! Al menos así pensaba Zoya, la ladrona, la arquera más diestra del reino, que siempre había tenido ojos para lo ajeno... Ejem. Digamos que a ella siempre le gustó el título "empresaria". Signifique lo que signifique...

Por su parte, las riquezas impresionaron, pero no obnubilaron, a Pontia, la hija del caballero del reino, una jovencita dispuesta a probar que era tan fuerte y tan valiente como su padre. ¡Dragones a ella! ¡Ja! ¡Que vengan todas las sucias alimañas del reino, ella les rebanará el cuello a todos! ¡Con las llamas del dragón se hace una hermosa barbacoa!

Ni que decir tiene que tamaño entusiasmo no era compartido por Amadeus, el mago de la corte, que ocultaba con profunda vergüenza el hecho de que aún no había sido capaz de aprender a lanzar la bola de fuego, el conjuro más básico. Igualmente, ¿de qué servía una bola de fuego contra un dragón escupefuego? ¡Era como vaciar el mar con un cubo! Además, a él no le gustaba la aventura. No es lo mismo cuando la lees en los libros que cuando tienes que vivirla en primera persona. ¡Por todas las Esferas, los goblins eran más retorcidos en la vida real de lo que decían los libros! Al menos Zoya les había asegurado que sería pan comido: llegarían, cogerían cuanto pudiesen y se marcharían. No es que el dragón fuese a notar la ausencia de un puñado de monedas, ¿verdad?

¡Ay, desdichados! ¡El dragón era un ser tan viejo como astuto, y desde que entraron los intrusos había captado su olor! Por fortuna o por desgracia, la bestia no tenía interés en comérselos aún... Podía oler su miedo, y hacía mucho tiempo que no recibía visitas. ¿Por qué no divertirse un poco? A fin de cuentas, él había aplastado ejércitos, derribado castillos y asesinado reyes. ¿Qué podían hacer tres patéticas criaturas contra él?

-----------

Dibujo para el art-jam de este mes de Subcultura, dedicado a la Fantasía.
De nuevo dedicado a los chicos de La Luna Solitaria (lalunasolitaria.subcultura.es), de , esta vez caracterizados como los protagonistas de Trine y viviendo una aventura digna de un cuento de hadas. ¿Por qué Trine? Porque me encanta, y todo el mundo sabe lo mucho que les gusta a los niños caracterizarse como sus personajes favoritos .

¡Espero que os guste!